Por: María Elena Aguiñaga
Beber el mezcal de un vaso tipo veladora, incluso de un caballito de tequila es una ocurrencia común en las ciudades en las que el mezcal es una bebida “recién” llegada, sin embargo, aún existen lugares que mantienen las tradiciones y si como yo, no tienes tan claro qué son esos recipientes inusuales en los que se bebe el mezcal, sigue leyendo.
Desconocía la razón del porque el mezcal se degusta en “cazuelitas”, en algún momento pensé que eran cáscaras de naranja secas y que tal vez era un ritual una tradición o que habría una leyenda detrás de ese uso o costumbre.
Descubriría que mi intuición no era tan incorrecta, después de viajar a Oaxaca y conocer distintas comunidades mezcaleras. Recuerdo que fue en un frío y lluvioso atardecer en donde el maestro Crispín nos ofreció su exquisita bebida en esas “cáscaras de naranja secas”, nunca había degustado así al mezcal, fue toda una experiencia, estuvimos un par de horas platicando con Crispín y con todos sus “compas” que lo ayudan, la rica plática y los mezcales sigueron corriendo hasta que cayó el anochecer y yo, aún bebía de esta “cáscara”.
Comparto foto de la jícara de Crispín.
A pesar de todo, la plática con el maestro Crispín nunca se dirigió hacia estas cazuelas, pero mi duda seguía ahí. Me di a la tarea de investigar sobre las jícaras que para empezar no son naranjas, como seguramente ya habrás descubierto por ti mismo.
En realidad, están hechas del fruto no comestible de un árbol que se llama Cuatecomate. En el árbol crecen verdes, se seleccionan y cortan a la mitad sacando las semillas. Se hierven con un poco de cal para después dejarlas secar al sol y así evitar filtraciones de líquido, y se pueden utilizar muchas veces tan solo lavándolas con agua y jabón y dejándolas secar boca abajo.
Se trata pues de un proceso similar al de los guajes o bules, que se consiguen disecando el fruto y es comúnmente usado para llevar agua o hasta mezcal y que de ser cortado, proveía de las jícaras que podían usarse tanto para beber como para mover agua al lavar la ropa y otras actividades previo a la llegada de plástico.
Lejos del plástico que revolucionó nuestras vidas, o de los vasos de cristal, el mezcal comenzó a tomarse en jícara, si acaso el utensilio más ecológico que puede haber, y el que, en mi opinión, es una de las mejores formas de degustar el mezcal ya que son copas naturales, cortas y de boca ancha, lo cual ayuda a la oxigenación del mezcal, a que conserve su temperatura y a apreciar el aroma del destilado.
¿Y tú? ¿Cómo prefieres beber el mezcal?